El arte de la restauración y la pasión que contiene el mismo, fue expuesto en el coloquio sobre Clásicos restaurados que busca destacar la importancia del patrimonio fílmico Iberoamericano y también mundial, según especificó el director de la Cinemateca de Cuba, Luciano Castillo.
Para empezar la especialista Cecilia Cenciarelli, de la cinemateca de Bolonia, quien ha restaurado la versión de Memorias del subdesarrollo que se exhibe en esta edición del Festival, habló sobre los retos en este campo de conocimientos.
Específicamente sobre Memorias…, comentó que “se convirtió importante a nivel personal, y constituyó un placer comenzar pues no sabíamos que iba a hacer el primer filme cubano que se iba a restaurar.”
“Investigar, restaurar importantes filmes del mundo que no tienen la posibilidad de hacerlo por sí mismos, es una experiencia brillante”, aclaró.
Además, Cenciarelli indicó que la restauración aun es un área gris pues necesita instituciones, métodos y figuras especializadas, “pero seguimos insistiendo en esto”.
Indagando históricamente la especialista rememoró que no fue hasta la mitad del siglo XX que se reconoció la necesidad reconocer este trabajo y su importancia. Tomarla como arte serio, aunque aún buscamos un sentido riguroso que se le dé a la restauración.
“La restauración nunca es un proceso objetivo, es el resultado de muchos procesos y de análisis humanos; de volver a sentir la experiencia del filme, o sea nunca será una reproducción exacta de lo que vimos”, explicó.
“La obsesión por la restauración vino de un grupo de cinéfilos que comenzó a experimentar un sentido de pérdida después del cine silente. El miedo de perder la memoria, fue algo amenazado por los regímenes totalitarios en el pasado siglo y eso también motivó la restauración”, explicó la Cenciarelli.
Para finalizar Cecilia dejó claro que la restauración no tiene sentido sino no hay un público con cual compartirla. Así como no existe restauración sin preservación.
Por su parte el especialista en restauración de sonido John Polito aclaró que el proceso de restauración en cuanto al sonido contiene la investigación, evaluar elementos, transferencia de los mismos, entre otros, pero de todas ellas la investigación es verdaderamente importante para lograrlas todas.
En ese sentido, Josef Lindner detalló todo el proceso de restauración de Una pelea cubana contra los demonios, minuciosamente.
La visión de la preservación antes de la restauración en el continente llegó de la mano de Juana Suarez, especialista colombiana, quien lleva a cabo un proyecto con archivos de cine, la historia cultural en el continente, el mismo lo han integrado países como Uruguay, México, Colombia.
Para estos proyectos es importante “decidir cuáles son sus prioridades, no todo se puede digitalizar. En Latinoamérica existen casas de la memoria, archivos universitarios y otros alternativos que también requiere atención”, explicó.
“Es necesario cambiar la cultura de burocracia que existen en todos los países, para agilizar estos procesos”, aclaró Suárez.
La crítica e investigadora anunció su proyecto colaborativo Kamani. Humanidades digitales. La internet permite descentralizar las fuerzas y la colaboración. Crear una gran comunidad en donde se incluyan desde los archivos de la comunidad las cinematecas regionales hasta los grandes centros de archivos fílmicos, zona algunas de las particularidades del proyecto.
Respecto a la labor más específicas de las Filmotecas, José María Prado, exdirector de la filmoteca española, explicó que la filmoteca española logró visibilidad a través de la difusión y la organización de ciclos de películas. “Así la gente tuvo una conciencia un poco equívoca de lo que era la filmoteca pues esta no solo era para proyectar, sino preservar también. Pero bueno como se ha dicho aquí la importancia de preservar es poder difundir”.
Las filmotecas no son para segundos lugares, son organismos tan importantes como los museos, como las bibliotecas, como la producción fílmica misma, remarcó Prado.
Aunque minuciosa, especifica y poco publicitada la restauración fílmica se ha convertido en parte de ese proceso colectivo que resulta el cine. Asumirlo como dispositivo para la preservación y divulgación de la memoria quedó demostrado en el Coloquio.