El festival de Sundance, la cita anual más importante para el cine independiente norteamericano e internacional comenzó su periplo desde este 20 de enero y extenderá sus jornadas hasta el próximo 30.
Sundance, que en un principio había planificado su edición 2022 en formato híbrido, pasó a la modalidad online debido al alza de casos de Covid-19. El certamen abarca en su selección oficial a 82 largometrajes de 28 países que fueron seleccionados entre casi cuatro mil títulos para participar en sus distintas categorías. Entre las obras, varios títulos de realizadores de Latinoamérica tendrán aquí su premiere mundial.
Cuatro filmes latinoamericanos compiten en la sección World Cinema Dramatic Competition, entre 10 largometrajes de realizadores emergentes de todo el mundo: El mexicano «Dos estaciones», dirigido por Juan Pablo González, El brasileño «Marte Um», dirigido y escrito por Gabriel Martins y producido por Filmes de Plástico,“La vaca que cantó una canción sobre el futuro”, ópera prima de Francisca Alegría que centra la mira en el regreso de una mujer al campo porque su padre ha tenido un infarto y, una vez allí, recibe la visita de su madre, muerta desde hace años. Dirigida por Alejandro Loayza Grisi, “Utama” es una producción de la boliviana Alma Films en coproducción con la uruguaya La Mayor Cine y la francesa Alpha Violet Production. Utama está protagonizado por una pareja de ancianos quechuas que viven aferrados a costumbres que desaparecerán cuando ellos mueran. El proyecto participó en Cine en Construcción 39, y en Produire au Sud 2018 en Nantes, en APost Lab de Sardegna y en el Laboratorio de Guión Festival de Cine de la Orquídea, en Ecuador.
Una de las obras en el apartado de documentales seleccionados en el World Cinema Documentary Competition tiene también participación latinoamericana. “The Territory” de Alex Pritz, narra la historia de un grupo de agricultores brasileños que se organiza para adueñarse de un área protegida de la selva amazónica.
Brasil también está presente en la categoría New Frontier, dedicada a formatos y medios emergentes y multimedia, con el corto de realidad virtual «Flat Earth VR» de Lucas Rizotto.
En las categorías de cortometrajes fueron seleccionados dos títulos mexicanos en la sección Live Action Short Films: «La baláhna» de Xochitl Enriquez Mendoza, sobre una ceremonia ritual que se practica en algunas comunidades del Istmo de Tehuantepec, y «Al motociclista no le cabe la felicidad en el traje» de Gabriel Herrera, una recreación lúdica y crítica de los conquistadores coloniales.
En la misma sección participa el cubano «Tundra» de José Luis Aparicio, que sigue a Wilfredo en la búsqueda de la mujer de sus sueños por los suburbios de la ciudad. Se suma a la selección el brasileño “Uma paciência selvagem me trouxe até aqui” de Érica Sarmet, cuyo hilo narrativo ubica a una motociclista de mediana edad en su primera experiencia en una fiesta lesbiana.
En la sección para cortos animados participa el chileno «Bestia» de Hugo Covarrubias, un retrato de la vida de una agente secreta durante la dictadura militar chilena, y «La odisea espeleológica de Sócrates» de Aria Covamonas, una revisión marxista-leninista-maoista de la alegoría de la caverna de Platón.
El festival de Sundance, desde hace más de 20 años, es un importante aliado del Festival de Cine de La Habana. En 1997, Robert Redford, presidente del Sundance Institute, le expresaba en una carta a Alfredo Guevara: “le escribo para decirle lo halagado que me siento porque el Sundance Institute y el ICAIC colaboren nuevamente con las exhibiciones del filmes independientes norteamericanos del Sundance Film Festival en el Festival de La Habana”. En su edición 40, el Festival reconoció esta cooperación entre ambas instituciones con un Coral especial para el Instituto.